Estudio sobre el cambio climático y su efecto sobre el cultivo de la uva

Estudio sobre el cambio climático y su efecto sobre el cultivo de la uva

Una investigación publicada en la revista ‘Nature Climate Change’ y en la que participa un investigador de la UAH, sugiere que, si bien plantar variedades de uva menos conocidas podría contrarrestar algunos de los efectos del cambio climático, los científicos y viticultores necesitan explorar cómo la amplia diversidad de este cultivo puede adaptarse a distintos climas.

Uno de los efectos del calentamiento global en el mundo es que será complicado que en muchas regiones vitivinícolas se sigan cultivando las mismas variedades que se han cultivado en el pasado. El Viejo Mundo posee una enorme diversidad de vides –más de 1.000 variedades – y algunas de ellas parecen mejor adaptadas a climas calurosos y toleran mejor la sequía que las 12 que ocupan el 80% del mercado del vino globalmente.

Desafortunadamente, convencer a los productores de probar distintas variedades de uva es una tarea difícil, y la razón está relacionada con el concepto de terruño, que hace referencia a que el sabor del vino es un reflejo de qué uvas, dónde y cómo fueron cultivadas. Tan sólo ciertas variedades utilizadas tradicionalmente son parte de cada terruño, dejando poco espacio para el cambio. ‘En las principales regiones productoras, existe la noción de que el terruño histórico es lo que hace un gran vino, y reconocer que el clima cambia implica reconocer que el terruño está cambiando’, explica la profesora Elizabeth Wolkovich, del Departamento de Biología Evolutiva y de Organismos de la Universidad de Harvard.

Además, los investigadores aún no cuentan con suficientes datos para determinar si otras variedades serán capaces de adaptarse al cambio climático.

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